PITON DE CABEZA NEGRA

Es la serpiente con los ejemplares de más longitud que se conocen, pudiendo sobrepasar algunos los 10 metros y 110 Kg de peso, pero en cautividad raramente superan los cinco metros. El Libro Guiness de los Récords tiene como a la mayor serpiente descubierta a una pitón reticulada capturada en Indonesia. Medía más de diez metros de largo cuando fue encontrada en 1912 en la isla Célebes.


De cabeza alargada, hocico ancho y relativamente plano, posee una impresionante boca dotada de casi un centenar de dientes. Sus ojos destacan por un color amarillo anaranjado con una pupila negra brillante. Posee un cuerpo largo, fuerte y elástico con una vistosa coloración de tonos amarillos, pardos y ocres en dorso y costados, que se aclaran hasta la cara ventral, prácticamente blanca. Unas estrías negras delimitan manchas reticulares hexagonales de color pardo oscuro que se ensanchan en los laterales.
Distribución

Originaria de Asia sudoriental, Indonesia y Filipinas, habita en selvas húmedas entre ramas semidescompuestas de los árboles y cercana al agua, ya que puede nadar largas distancias. De costumbres nocturnas, se encuentran en los lugares más insólitos, incluso dentro de viviendas o en bodegas de barcos.

Alimentación

La pitón de cabeza negra es carnívora; captura presas durante la noche, a las que engulle enteras. Dependiendo del tamaño de la serpiente, consumirá animales de mayor o menor tamaño, entre los cuales hay roedores, aves y otros reptiles. Los especímenes más grandes comen desde monos hasta ciervos grandes, pasando por jabalíes, pavos, e incluso leopardos. Junto con la anaconda, la pitón reticulada es la serpiente que puede capturar presas más grandes.




A diferencia de la anaconda, la pitón es muy ágil y rápida, y puede trepar a los árboles para cazar presas como monos. A pesar de no ser tan robusta como la anaconda, la pitón puede llegar a considerar a los humanos como presa, como así lo muestran varios ataques, y llegar a tener la fuerza y amplitud mandibular necesaria para matar y engullir a un hombre adulto.



Reproducción
Aproximadamente dos meses después del apareamiento, la hembra deposita una gran cantidad de huevos en nidos herbosos, enroscándose posteriormente a su alrededor para mantener una temperatura superior a la del ambiente circundante. Después de 70 u 80 días eclosionan los huevos y salen al exterior unas crías de aproximadamente 60-70 cm, aumentando su longitud otro tanto durante los primeros cuatro-cinco años.




Vida en cautividad
Se ha de tener especial atención a la seguridad; no es una serpiente para iniciarse en la cría de reptiles, y se tendrá especial atención a su convivencia con niños y ancianos. Son ejemplares muy fuertes que podrían romper cristales de algunos terrarios. También se ha de tener en cuenta que ha de disponer de mucho espacio debido a su gran tamaño, y puesto que le gusta nadar se tendría que habilitar una zona de baño con agua templada.


La temperatura del recinto se ha de mantener en una horquilla de 25 a 30º C, rebajándola de 2 a 5º por la noche. Los ejemplares de pitón reticulada en cautividad pueden llegar a tener una longitud de 5 metros aproximadamente. Habituadas desde jóvenes a la cautividad, son pacíficas y tranquilas con su cuidador aunque siempre puede haber algún ejemplar mordedor que puede causar graves heridas, sobre todo en ejemplares jóvenes. De alimentación sencilla, se irán adecuando las presa al tamaño de la serpiente. Se alimentarán fácilmente con aquellos animales vivos de los que habitualmente cazaría en libertad, como roedores, cobayas, pollitos, aproximadamente una vez al mes. En cautividad pueden llegar a vivir entre veintiuno y veinticinco años.







Enfermedades
Son bastante resistentes a las enfermedades, pero pueden venir infectadas desde su lugares de captura por amebiasis bacteriana o lesiones bucales.

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